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Casi las 10 am en LaStazione, y Tijuana apenas se despierta. Se nota en las calles, puede que me esté sugestionando. Estoy cansado, bién cansado...y no es el cuerpo, porque ese se recupera con mucha agua, descanso y un diclofenaco. Ciclos, como el agua. Es mi mente saturada que necesita esparcimiento, espacio creativo y tiempo. Ciclos que igual como el agua son ininterrumpidos y de los cuales nunca se puede salir; vapor, lluvia, filtrado, vapor, lluvia, filtrado.
Tengo también hambre por avance siempre, si pasan los ciclos y no siento avance me comienza a bañar un sopor depresivo.
Son extraños estos tiempos para mí, es una mezcla muy turbia de satisfacción, nostalgia, y ese sentimiento que te dá cuando recién despiertas en un buen día,una euforia que puede rápidamente transformarse en lo contrario. Siento el creciente peso de este que quise llamar mi sueño hace unos años y ahora lo cargo encima. Como la madre embarazada que ya le pesa la panza, pero está secretamente orgullosa.Una sonrisa con unos ojos discretos de ¨me esta llevando ligeramente la chingada¨ pero no me puedo quejar.

Mañana es Domingo, y el término de un ciclo y otro se hace borroso, junto con las lineas del deseo y la satisfacción.

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